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Ingrid Chavez – A Flutter and Some Words (2009)

Como dice la Bestia Políglota, este disco y la voz de Ingrid invitan al relajo y la contemplación profunda. Muy bella voz y excelentes arreglos para un disco redondo.

Desde la ya lejana aparición musical de Ingrid Chavez y entre las dos décadas pasadas, fue casi una tarea la de rastrear su crecimiento musical. Aquellos que están en conocimiento del trabajo de Chavez la recordarán a partir de sus días con el equipo de producción de Paisley Park (uno de los muchos proyectos de lado de Prince), resultando en la presentación de su grabación debut de 1991, «May 19, 1992». Aquel álbum era una mezcla juiciosa de golpes de skeletal dance, minimizados ganchos pop, y callada poesía. Oyendo aquel álbum hoy, ahora traiciona la parafernalia de los valores de producción de principios de los años 90 y parece sufrir del síndrome «demasiado cocinado», con Chavez luchando por espacio para acomodar su arte.

Por otra parte, usted también entiende que Chavez estaba sobre algo en el camino del lenguaje musical, siendo que ella fue una de las primeras artistas combinando la palabra hablada con una sensibilidad de pista de baile. Ella, después de todo, acredita ser coescritora con Madonna del sensual corte musical, «Justify My Love», un poema en tono amoroso, sexual, y la controversia que reformó la idea del público de la lírica del pop. Después de la presentación de su debut y unos cuantos singles moderadamente acertados, Chavez pareció desaparecer de la opinión pública y poco se oyó de ella. En realidad, ella se casaría con el pionero del pop-art, David Sylvian, en ocasión contribuyendo a su trabajo dominando el fuerte maternalmente y silenciosamente haciendo diseños para un próximo álbum, que finalmente vería la luz después de 19 años.

A Flutter and Some Words es el esfuerzo combinado de Chavez y el compositor italiano Lorenzo Scopelliti, que inicialmente envió a Chavez una composición un par de años atrás, que arrancó su proceso colaborativo co-escritura. La mayor parte de este álbum fue reconstruido lentamente juntos, sobre todo por Internet, con los dos artistas enviando por correo electrónico sus contribuciones entre EEUU e Italia. Este cambio transatlántico es evidente en el álbum; aparece una cepa de jazz europeo que subraya a la música. Esta influencia en particular es la que borra todas las preconcepciones que podrían existir de coquetear con el pop bailable de Chavez de tiempos antiguos. Considerando que muchas de las canciones en este álbum trabajan dentro de las estructuras del jazz (aunque no exclusivamente), las fronteras más limitantes del formato pop son quitadas, permitiendo a Chavez lograr más espacio en sus diseños y experimentar libremente con otras texturas acústicas. Esto también permite a su voz, fresca y clara como el agua fresca, respirar más fácil en el aireado espacio de la música.

De hecho, Flutter es todo sobre espacios, tanto privados como abiertos, cediendo lugar a una serie de instrumentos en vivo (bronces, instrumentos de viento de madera, cuerdas). Estos sonidos chocan y se enrollan alrededor del centro desde donde la voz de la cantante emana, pero ellos nunca amenazan con sobrepasarla. El álbum, además, está principalmente desprovisto de los golpes bailables que aparecieran pesadamente en su debut, excepto el primer single «By the Water», un delicado hip-hop, escasamente coloreado por los gritos suaves de una trompeta y las ondulaciones digitales de un sintetizador.

Lo que realmente abre Flutter, de hecho, son los lejanos números más expansivos que muestran el crecimiento de Chavez como compositora de canciones. En «Mine», los solitarios hilos de violín son su camino hacia las pensativas líneas de guitarra, circulares y arremolinadas en el ritmo de unos ligeros toques de percusión. Esto trabaja para crear el sentido de la soledad y resignación, sentimientos que son repetidos en otras pistas -como el corazón pesado de «No Goodbyes», hechos más pesados por los golpes contemplativos, poderosos de un piano y sonidos sampleados de peniques cayendo (quizás del cielo?) . Hay también una sugerencia de otros sabores musicales en la mezcla acústica; la pista de título asigna una figura rítmica de jazz clásico por vía de un golpe electrónico y evoca los días de «fossa», el ahumado club nocturno brasileño de los años 50 que fue hecho popular por el gusto de Maysa Matarazzo y Nora Ney. Negociando en tocar jazz estándar para instrumentos de viento de madera, la canción aún conserva el romanticismo exuberante que «fossa» tuviera, mientras se está realizando desde un punto de vista contemporáneo.

En otra parte, Chavez explora un terreno más arenoso, como en los ritmos terrosos, fracturados de «Tightrope», una obra de sonidos secos y metálicos, crujidos, y gemidos que se ahogan en un etéreo blues. Aquí, logramos tener una idea de la clase de invención que ocurrió entre bastidores; no es tanto un sentido de demostrar cualquier tipo de técnica musical, sino la de introducir al oyente a formas alternativas de hacer música. Aunque intrincado e ingeniosamente trabajado, nosotros nunca sentiremos que somos enseñados en el M.O. del pop-art.

Esto llega hasta la interejecución entre Chavez y Scopelliti; una interacción, desafío, y la aceptación de las ideas musicales que en última instancia distinguen el acercamiento más amanerado y sereno de Scopelliti a la espontaneidad y el abandono de Chavez. Y de algún modo el trabajo maneja un equilibrio elegante de imaginación y disciplina. Esta actitud es expresada abiertamente en «Back Roads». La pista destaca un zumbido sintetizado que suena como si estuviera siendo transmitido desde algún sitio fuera de la canción, imprimiéndole un sentido de urgencia. El clarinete que corta su camino por las campanas y carillones orbitales en la mezcla etérea es un toque agradable y curioso. En la canción, Chavez canta sobre la oportunidad a expensas del confort, dejando las carreteras secundarias y lo que es más importante, poder salir y afirmar una identidad.

A Flutter and Some Words llega este invierno. Parece justamente adecuado para una estación que respira con un sentido alternado de calma y ráfaga. Esto llega con seguridad, pero no sin un sentido de turbulencia -algo no exactamente extraído en los 19 años pasados que tomó para que este álbum se materializase. Una brújula en medio del ritmo y la canción, Chavez navega alrededor de las emociones de duda y deseo, componentes iguales en las rutinas de vida. Este no es un álbum de amor renacido, sino de seducciones, viejas y nuevas, ocurriendo en el aire preocupado.

Fuente para la reseña: Imran Khan para http://www.popmatters.com – Traducción: La Bestia Políglota !!!

Fuente reseña y link descarga: La Música Que Cuelga http://musicaquecuelga.blogspot.com/.

Tracklist:

01. Wing Of A Bird (1:09)
02. Mine (4:58)
03. Exhale (0:27)
04. A Flutter And Some Words (5:35)
05. The First Darshan (Song For Ameera) (1:59)
06. Back Roads (5:23)
07. By The Water (4:09)
08. Path Of Rain (3:13)
09. Returning To Seed (4:55)
10. Tightrope (3:27)
11. No Goodbyes (4:55)
12. Terrible Woman (6:20)
13. Isobel (4:20)
14. A Flutter Coda (1:26)
15. Dreamland (Bonus Track) (3:46)